jueves, 24 de octubre de 2013

Ayutthaya, antigua capital del Reino


Ayutthaya se encuentra a unos 85 km al norte de Bangkok, y se puede acceder tanto por bus, minivan o tren. La antigua capital es famosa por sus ruinas históricas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se suelen realizar excursiones de un día desde Bangkok, pero en nuestro caso optamos por pasar dos días, aprovechando para disfrutar también de su famoso mercado flotante. 



Primer día

Nada más bajarnos del tren, tomamos un tuk-tuk para que nos llevara a la calle principal donde se encontraban la mayoría de las Guest Houses de la ciudad. Tras echar un vistazo a varias habitaciones decidimos alojarnos en Tony’s Place (la qué más nos gustó de todo el viaje). No les quedaban habitaciones económicas, pero nos encantó tanto que decidimos permitirnos un “capricho” y pagar unos 700 bht (16€) por la habitación. La guest house contaba con un restaurante al aire libre, en el cual había música en directo todas las noches, una agradable piscina y un personal que nos dejo con las ganas de quedarnos un par de días más en la ciudad.

Tras dejar los macutos, nos dirigimos a alquilar un par de bicicletas, que tan solo nos costaron 40 bht (1€) al día! La mayoría de los viajeros coinciden en que la mejor forma de disfrutar de las ruinas es realizando tu propia ruta en bicicleta, disfrutando sobre todo, de su puesta de sol.



Fue una experiencia maravillosa recorrernos las ruinas montados en nuestras bicis, disfrutando del paisaje, zonas verdes, canales y pequeños puentecitos de madera que conectaban las diferentes áreas.





Se nos hizo de noche muy rápido. Anteriormente, había leído en nuestra guía que debíamos tener cuidado con las jaurías de perros que patrullaban las ruinas al anochecer. Bien, no nos lo tomamos muy en serio hasta que, llegando al último templo que nos quedaba por visitar, escuché un perro ladrar detrás de mi, me giré y vi como nos acechaban cuatro perros con pinta de hambrientos. Nuestro instinto fue acelerar el ritmo, pero los perros no se quedaron atrás. Nos asustamos bastante ya que estaba bastante oscuro todo no había nadie alrededor.

Finalmente todo acabó bien, cuando vimos un guardia al final del camino que salió corriendo hacia nosotros al ver que teníamos los perros detrás para espantarlos. Al final pudimos disfrutar de las fantásticas ruinas del templo y tomar algunas fotografías nocturnas. 




Y bien, tras nuestro completo día, volvimos a nuestra habitación, nos pusimos el bañador, bajamos al restaurante para pedir algo de beber y un poco de fruta y nos relajamos en la piscina después de nuestra intensa jornada J



Segundo día

Tras nuestro super desayuno en el restaurante de la Guest house, decidimos cambiar nuestra habitación a otra más económica, que ahora sí, estaba disponible. Esta nos costó unos 500 bht (11 €), en el mismo Tony’s Place.

Cogimos nuestras bicicletas y el mapa, y nos aventuramos a buscar el famoso mercado flotante. Tardamos una media hora aproximadamente pero mereció la pena. Este parecía una auténtica feria más que un mercado. Innumerables puestos callejeros sobre pasarelas de madera junto al agua, actividades de paseo en elefante, tigres adormilados de exposición para fotografiarse con ellos, ovejas que esperaban a recibir un biberón de parte de los niños, tómbolas, y más cosas por el estilo. 



Picamos algo por los diferentes puestos callejeros y tras recorrernos todo el mercado, cogimos nuestras bicicletas y regresamos a la ciudad. Ya solo nos faltaba una cosa por hacer...

Fuimos a ver el último templo que nos quedaba por ver, fotografiado por sus atardeceres. Disfrutamos de la puesta de sol y volvimos a la habitación para descansar no sin antes pasarnos por un 7-eleven para comprar nuestros fideos favoritos.

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