El parque nacional Khao Sok.
Es el equivalente al Parque Jurásico. Toda la jungla que quieras ver, la encontrarás aquí.
La manera más fácil de llegar hasta aquí desde la capital es pasando por Surat Thani y cogiendo desde allí un autobús directo al parque (2h30). Una vez allí, lo primero que llama la atención es el alojamiento. Pequeñas cabañas inmersas en abundante vegetación tropical y la mayoría en altura, para no recibir visitas inesperadas de los animales, bichos, o lo que haya!
Khao Sok no se encuentra en una ciudad, pero cerca del parque se pueden encontrar numerosos hoteles-cabañas y un pequeño poblado con comercios y restaurantes.
Tanto dentro del parque como fuera del mismo pueden realizarse diferentes actividades como trekking con elefantes, senderismo en la selva, kayak, cursos de supervivencia en la selva, etc. Todas pueden contratarse desde el mismo hotel, pero no está de más comparar las diferentes ofertas. Nuestra decisión fue aprovechar el día al máximo escogiendo 3 actividades.
Comenzamos por la mañana con el Trekking con elefantes, que duró 2h. Es una actividad 100% recomendable, pese a que se realice en las afueras del parque. Los paisajes son dignos de ver, sobre todo en temporada lluviosa, cuando la niebla lo cubre todo y el verde está en todo su esplendor.
El terreno era bastante irregular y los caminos estrechos, haciendo que en algunos tramos temieramos por nuestra vida, y la del elefante. Me gustaría destacar que el trato con los animales era magnífico. Los elefantes atendían perfectamente a las órdenes de los mahout tan solo con un par de palabras y al terminar la ruta se les recompensaba con una ducha y su comida favorita: la caña de azúcar.
La siguiente actividad era tubbing, que básicamente consistía en meter el culo en un flotador y dejarte llevar por la fuerte corriente del río, intentando no chocar con nada por el camino. Las risas estaban aseguradas. Fue todo un reto no pensar en lo que habita en ese río, pero eso añadía más emoción al asunto.
La corriente era muy fuerte y el color del río asustaba un poco, pero el paisaje montañoso de alrededor merecía la pena. A mitad del recorrido nos enseñaron una liana enganchada a un árbol con la que se podía saltar al río y sentirse Tarzán por un momento.
Por último y para rematar el día, contratamos una ruta de senderismo de 4h por el Parque Jurásico. La ruta se puede hacer sin ayuda de un guía siempre y cuando no se desvie del camino marcado. Pero las ventajas de contratar un guía es que puede enseñar caminos alternativos e insectos que uno solo no vería.
Estando ya en medio de la selva comenzó a llover fuertemente, algo muy común en esta época. Esto dificultó un poco la caminata e hizo la experiencia más auténtica.
Las cosas a tener en cuenta en el interior del parque son principalmente el calzado que tiene que ser cómodo e impermeable, y las sanguijuelas, que en este lugar son tan diminutas que a veces no te das ni cuenta de que las llevas contigo. Por lo demás es todo bastante seguro: no hay tigres que puedan atacarte, ni serpientes que saltan de los árboles, ni mosquitos gigantes.
El parque nacional de Erawan.
Erawan es todo lo opuesto a lo descrito en el parque anterior, pero no por eso tiene menos encanto. Su nombre hace referencia a la mitología hindu, en la que Erawan era un elefante de 3 cabezas que equivale a las 3 caídas de la cascada. En total el parque dispone de 7 niveles de cascada a los que se llega por una serie de senderos.
Para visitar este parque es necesario pasar por la ciudad de Kanchannaburi, famosa por su historia. Desde allí se coge un autobús de 2h que llega directamente al parque. Es importante tener en cuenta que el último autobús de vuelta a la ciudad sale a las 16h, para no quedarse tirado en medio de la nada.
La ruta está perfectamente señalizada a lo largo de los 3km que hay hasta el último nivel de la cascada.Según se va subiendo, el terreno es más irregular con ramas y raíces en medio del camino. La complicación hace que muchos se rindan antes de llegar al último nivel.
Con un bañador y nuestra cámara de agua comenzamos la caminata disfrutando de las pequeñas cascadas de los primeros niveles. El día anterior había llovido y el agua estaba sucia y algo revuelta, aún así con tanta calor, el río invitaba a darse un chapuzón.
Resistimos la tentación hasta el final y valió la pena! La úlima cascada es realmente impresionante.
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